martes, 17 de julio de 2012

PROYECTO "EL LIBRO DE LOS JUEGOS"

PROYECTOS DE 5 AÑOS 2011/2012: MUY ÚTIL PARA MEJORAR LAS RELACIONES INTERPERSONALES

Cuando comenzamos el curso de 5 años consideré fundamental, teniendo en cuenta el desarrollo psicoevolutivo de los niños/as, incluir un proyecto donde se integraran una serie de juegos complejos en los cuales las reglas, la interacción con los demás y el coordinar positivamente esas relaciones tuviesen un papel preponderante, ya que a esa edad, las relaciones de amistad con sus iguales adquieren un especial protagonismo dentro de sus actividades preferentes. Yo lo he considerado así, pero también se puede integrar perfectamente para trabajar el Día de la Paz.

Así surge este proyecto, ya que a esa edad no juegan solos, sino que se buscan continuamente los unos a los otros. Establecer una serie de normas claras es fundamental para que ese crecimiento personal sea positivo. Estas normas tienen mucho que ver con las normas de clase, ya que son normas básicas de convivencia en grupo. Ellos/as ya las conocen y aceptan. Ahora quedaba darles la posibilidad de integrarlas en una situación especialmente lúdica e interactiva donde tienen que aprender a controlar sus impulsos egocéntricos para buscar el bien común, que a la larga, es mucho más gratificante.

De este modo, cada día se proponía un nuevo juego grupal (a veces por parejas, en pequeños grupos, o toda la clase) y en asamblea debatíamos y consensuábamos cuáles iban a ser las normas para poder participar y las consecuencias de su incumplimiento. Es fundamental que los niños/as participen en el establecimiento de las normas, porque así adquieren una mayor responsabilidad en su cumplimiento, es más motivador para ellos y les resulta más fácil interiorizarlas, ya que no vienen impuestas por el adulto porque sí, sino que anticipan su necesidad. Estas normas se adaptaban a las necesidades de cada juego. Así, en las sillas musicales: sentarse con cuidado; en ratón que te pilla el gato: no soltar las manos... e incluso normas que atienden a necesidades educativas especiales transitorias, como el caso de un alumno que en esa época tenía el brazo escayolado, pues en la tortilla: tener cuidado con la escayola de José (el ejercicio de la empatía, tan complicado en estas edades).

Una vez fijadas las normas de cada juego, se escriben, porque una de las funciones del lenguaje escrito es ser un referente recordatorio de los pensamientos expresados.

Tras prever la acción, pasamos a ejecutarla. Nos vamos al patio, al porche, o en la misma alfombra, según la situación lo requiera, y allí actuamos. Y como el aprendizaje es ensayo-error, nos damos cuenta de las normas que mejor funcionan y las que fallan por no estar claras, o las que se nos ha olvidado incluir porque la actividad da lugar a múltiples variables y, afortunadamente, no siempre es posible controlarlas todas. Y rectificamos, añadimos, eliminamos, ya que nuestro referente escrito está presente en la actividad.

La escritura siempre está presente, como el día que jugamos a los globos. Cuando acabamos cada uno se llevaba su globo a casa, y qué mejor forma de saber de quién es cada globo que escribirle el nombre con rotulador. Cuando hay una necesidad, la escitura fluye sola.

Y por supuesto, surgen situaciones espontáneas e improvisadas, como en la tortilla. Al principio lo haciamos por parejas, pero luego fuimos descubriendo que podiamos hacer grupos más grandes donde había más cocineros y más tortillas que mover. Y otros quisieron escribir espontáneamente en la portada el nombre de su juego favorito. Como dije antes, la escritura fluye si no nos empeñamos en encorsetarla.

Así, jugando, van interiorizando que hay que esperar el turno, que hay que tratar a los demás con cuidado para no hacernos daño, que si alguien pierde no pasa nada, y si gana tampoco, porque lo importante es pasarlo bien todos juntos. Que si alguien no cumple las normas deja de participar. Que pueden dar una segunda oportunidad porque fulanito no se ha dado cuenta... y no solo fulanito se siente mejor, sino que los demás también... en fin, la vida misma.

Al final de cada juego, se pasa a papel y se escribe y dibuja porque queremos recordarlo siempre, y compartirlo con las familias y amistades. Por eso, al acabar el proyecto nos llevamos a casa el libro de los juegos. Además, la expresión plástica a través del dibujo de una situación vivenciada por el niño/a es un elemento evaluador muy interesante, pero este tema ya lo abordaré en otro artículo.

Y como telón de fondo de este proyecto, las risas. Este es un proyecto que fortalece el lazo de amistad de la clase pero, sobre todo, nos hace pasar un rato divertidísimo. No tenéis más que fijaros en sus caras cuando veáis las fotos. Imaginaos la mía tras la cámara. No se puede aprender en un sitio donde no se es feliz.

Muchas veces me han preguntado cómo integro las sesiones de psicomotricidad en mi aula. He aquí una respuesta: en este proyecto, como en muchos otros, cada sesión puede corresponderse con una sesión de psicomotricidad. No siempre es necesario dividir y separar tanto las cosas, sobre todo si, como se supone, nuestro currículum se trabaja de forma globalizada.

Adjunto la programación del proyecto, los materiales utilizados, y fotos del mismo y de los trabajos de los niños/as.

Resulta muy curioso observar, teniendo en cuenta que este fue el primer proyecto de 5 años, la progresión en las producciones de los alumnos/as, en algunos casos espectaculares. Recordad que siempre es más importante valorar el progreso de un alumno/a respecto a sí mismo que respecto a los demás.
Fotos 11/12
Fotos 13/14

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